El modelo de escuela se define como integral, que procurará el desarrollo del ser humano en todos sus aspectos: intelectual, espiritual, de salud, comportamiento y voluntad
Presentación
Tal vez nuestra labor hoy no sea otra que un primer esbozo de las líneas sobre las que otros más adelante, más preparados, delinearán, insh’Allah, precisos trazos; pero no podemos, como musulmanes, dejar de asumir la responsabilidad –al mismo tiempo que imperiosa necesidad- de tomar en nuestras manos la cuestión educativa.
En primer lugar, como medida de mera supervivencia, porque no podemos seguir dejando a nuestros hijos en manos de un sistema que castra su desarrollo completo, que les ofrece un modelo humano bajo, muy lejos de los nobles parámetros del elevado Din del Islam; porque hemos de corregir los errores del pasado y ser cuidadosos de que los jóvenes reciban una transmisión correcta del Din desde pequeños.
En segundo lugar, porque, desde esa base de protección, se requiere establecer un camino de perfeccionamiento y elevación, donde el término ‘excelencia’, tan gratuitamente usado hoy en día, sea mucho más que un simple sobresaliente nivel en el angosto conjunto de materias que son valoradas por esta sociedad mercantilista, que condiciona actualmente la enseñanza por entero.
Y por último, para la formación de nuevas generaciones para el liderazgo, ya que no podemos desligar ganar el Jardín de la responsabilidad como jalifas de Allah en la Tierra de gobernar.
Es esencial reconducir esta orientación mercantilista, bajo la apariencia de adoctrinamiento y consigna humanista, hacia la recuperación de la escuela del ejemplo personal y de la relación humana genuina, que pasa indeclinablemente por dos aspectos que se alimentan y fortalecen recíprocamente –y que no pueden de manera alguna desligarse-: la formación de una identidad individual sana y la construcción de una sociedad justa.
Las sociedades musulmanas en Europa hemos de recuperar el carácter educador de la sociedad islámica: la generalización de una enseñanza no masificadora; el respeto y el adab; el papel educador de los diferentes agentes educadores naturales: la familia, los allegados, los vecinos… También el papel del maestro en su más profunda acepción. Sociedades que se fortalecen y reavivan con el papel revivificador de cada nueva generación, que representa una nueva oportunidad, una esperanza de restablecimiento del Din del Islam.
Nuestras escuelas y proyectos educativos han de ser aquéllos en las que nuestros niños se encuentren como peces en el agua; porque la cuestión no estriba en colocar junto al nombre “escuela” el adjetivo de “islámica”, sino en establecer una verdadera escuela liberadora, transformadora, que permita a cada joven estar en su elemento, y que conecte a nuestra juventud con el conocimiento, con todos los conocimientos, sin perder un ápice de unidad.
Es nuestra responsabilidad recuperar el Tawhid en la enseñanza, la indisociable relación entre Imán y saber, entre saber y conocimiento útil; una enseñanza que es siempre educación., el completo sentido de la Paideia griega.
La crema de todo proceso educativo se encuentra finalmente en la educación del espíritu. La futuwwah, por tanto, se erige como nuestra más alta aspiración: la restauración de las más altas cualidades de la nobleza.
Historia
La ciudad de Granada es el lugar donde se ha reunido la comunidad de musulmanes españoles de mayor crecimiento para establecer el Din del Islam después de un interludio de quinientos años. Esta comunidad ha sido en los últimos treinta años uno de los centros de musulmanes más activos en España, atrayendo no sólo a los nuevos musulmanes españoles conversos, sino también a un gran número de musulmanes de otras tierras. La ciudad de Granada es además el lugar donde un número creciente de inmigrantes de países musulmanes, principalmente del Norte de África y África Occidental, se han asentado.
Una de las más importantes necesidades de la comunidad musulmana de Granada desde un comienzo ha sido el establecimiento de escuelas que proporcionen una sana y correcta educación al creciente número de niños y niñas musulmanes.
Pero desde sus comienzos, nuestra intención clara ha sido poner en marcha proyectos que lleven a la construcción de centros educativos que den respuesta al continuo incremento del número de estudiantes musulmanes residentes en la ciudad (así como el de jóvenes musulmanes procedentes de otros puntos del ámbito nacional e internacional). Ha llegado el tiempo de poner en práctica la experiencia acumulada durante todos estos años por la comunidad musulmana.
Después de la apertura de la Mezquita Mayor de Granada en julio de 2003, que ha marcado un momento de fortaleza y madurez en el establecimiento de Islam en España, enfocamos la educación como la prioridad esencial para la protección y crecimiento del Din a través de las nuevas generaciones de musulmanes de todos los orígenes.
Fines fundacionales
Según los estatutos de la fundación:
Creación y mantenimiento de centros de enseñanza. Establecimiento de Escuelas de Primaria, Secundaria, Bachillerato, y Formación Profesional, así como en su momento Universidades, que se instituirán como focos de formación y cultura en interrelación dinámica con el medio social en donde estén enclavadas y con las familias, de acuerdo con los principios de la tradición islámica y en armonía con los más altos valores de la tradición occidental europea.